La meditación (artículo)

“Científicos la estudian. Doctores la recomiendan. Millones de personas la practican cada día. ¿Por qué? Porque la meditación funciona”.

-Revista Time

Hay quienes tienen gran capacidad, para trabajar bajo presión o pueden hablar por teléfono, al mismo tiempo que revisan un documento y dan instrucciones a un colaborador. Y por la noche, cuando llegan a casa, siguen pensando en posibles soluciones a los desafíos que presenta su trabajo, manteniéndose “con la tecla pegada” las 24 horas del día.

Sin duda, muchos ejecutivos con estas características han logrado sacar adelante a grandes empresas. Sin embargo, este patrón de conducta tiene otra cara de la moneda: explosiones de ira, cuando las cosas no van como ellos esperaban, dificultad para escuchar o para “despegarse” de las tareas del trabajo, un desequilibrio grande entre la energía dedicada al trabajo y la dedicada a la familia o los hijos. Con frecuencia, me ha tocado ver, en la consulta de psicoterapia, situaciones en la que la esposa de un ejecutivo decide terminar la relación, después de 20 años de reclamar su presencia emocional. En este momento, el ejecutivo se pregunta: “¿dónde he estado en todos estos años?, ¿por qué no la pude escuchar?” Y aquí empieza un cambio doloroso y en ocasiones constructivo.

UN EXCELENTE SIRVIENTE Y UN PÉSIMO AMO

¿Es posible lograr resultados óptimos en el trabajo, sin necesidad de pagar el precio de estas formas de malestar? Definitivamente sí. El reto es aprender a manejar la mente, de manera que se convierta en un instrumento, más que en un ente con vida propia que dicta desde su propia agenda. ¿Se ha dado cuenta usted que durante todo el día, hay una voz en su interior que constantemente opina, recuerda e imagina, sin que haya un acto de voluntad de por medio? Me refiero a esa ráfaga constante de pensamientos automáticos que sólo sirven para generar ansiedad y estrés. En esto del pensamiento, no es lo mismo que yo decida pensar en el futuro deseable (de mi familia o de la empresa) que el estar constantemente asaltado por un gran número de pensamientos que no tienen ni relación ni utilidad alguna. Este es el caso de cuando le dan las 3 de la mañana, rumiando un posible error en un momento de la noche en el que no hay posibilidad alguna de reparar nada. Dicen que la mente es un excelente sirviente y un pésimo amo. Esto quiere decir que cuando hay claridad, sobre hacia dónde quiero dirigir mi mente, ésta es capaz de crear, imaginar y resolver de una forma maravillosa. Pero cuando la mente funciona con una dinámica propia en la que yo no puedo intervenir (preocupaciones, escenarios terroríficos, recuerdos constantes de errores y carencias, etc.) sin duda, la mente se convierte en un pésimo amo.

Una de las herramientas más poderosas para tener un buen equilibrio, entre alta eficacia en el trabajo y una buena calidad de vida, es la meditación, una disciplina que busca cultivar un estado interno en el que estamos presentes en lo que está ocurriendo en cada momento, y cuando nos vamos al futuro o al pasado es porque hay una decisión consciente y no porque hay toda una serie de pensamientos automáticos que dictan su propia agenda.
Para estar en el presente, hace falta poder “ver” y transformar este diálogo interno por un estado de presencia mental. Existe un estado interno en el que estamos totalmente presentes en lo que estamos haciendo y que en cada persona se expresa de forma diferente. Para algunos, leyendo un libro, para otros, escuchando música o jugando golf. Es un estado que genera una gran satisfacción, además de que mejora el rendimiento de la tarea misma. El problema es que dicho estado suele ser más la excepción que la regla.
2 caminos para cultivar la capacidad de estar en el presente.

  • La prática formal de la meditación
  • La auto observación, que se puede hacer en cualquier momento del día
Una de las formas de hacer esta práctica formal es detenerse y dedicar unos minutos al día a observar qué está ocurriendo con la mente y con el cuerpo. No es pensar sobre la experiencia. Es sentirla y experimentarla. Al parar un momento, se puede dirigir la atención a observar la respiración, es decir, a sentir los movimientos del cuerpo, cada vez que el aire entra y sale.

¿Por qué la respiración? Porque es una ancla al presente y posibilita el tener una conexión entre mente y cuerpo. La utilidad de esto es aminorar momentáneamente este flujo interminable de pensamientos que activan la alarma del estrés. Suena simple esto de observar la respiración. Lo es. El problema es que hay que practicarlo. Y por otro lado, la auto observación se puede hacer sin necesidad de detener las actividades de cada momento. Si al llegar al banco usted se da cuenta que faltan 45 turnos para que le toque el suyo, en vez de refunfuñar por la lentitud del cajero, puede observar su respiración y mirar con curiosidad las sensaciones que se presentan en su cuerpo. Lo mismo puede hacer en medio de un embotellamiento. Basta con “mirar” la sensación de ansiedad y empezar a respirar de forma consciente. Si aprendemos a identificar y transformar los procesos de pensamiento que son gratuitos, innecesarios y generadores de malestar, habremos tomado una de las decisiones más importantes de la vida.

Beneficios de la Meditación

1. Reduce el estrés y su impacto en el cuerpo
2. Desarrolla la capacidad de escuchar
3. Aumenta la de concentración
4. Mejora la productividad y facilita las relaciones interpersonales
5. Disminuye estados de irritabilidad y conducta impulsiva
6. Mejora la salud y disminuye el ausentismo
7. Se aprende a ver los conflictos desde diferentes perspectivas


Por Psic. Pablo Herrera