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¿Cómo se relacionan las  tareas  “Entrenar la mirada” y  “Ese puedo ser yo” con el Experimento 365? 
Uno de los aspectos que vamos a trabajar a lo largo de este año es en descubrir la relación entre la felicidad (o infelicidad)  que experimentamos y la manera en que percibimos y con nuestros estados mentales.   En la cultura en la que muchos crecimos, aprendimos a considerar que nuestros estados emocionales son un producto de las circunstancias externas. “Estoy enojado porque mi hijo me dijo una mentira”  Bajo este paradigma, lo que corresponde cuando queremos aminorar nuestro sufrimiento es buscar que cambien las condiciones externas (que mi esposa me escuche, que mi hijo no repruebe, que la gente respete las señales de tránsito, que los políticos no roben  etc.)
Se podría decir que en nuestra mente corren “programas”, (como si fuera una computadora) o condicionamientos en los que nosotros  no participamos directamente  pero que tienen un efecto en nuestro estado emocional.  Mirar lo que valoramos en el otro (tarea 1.4)  es una forma de recordar que al cambiar nuestro programa, cambia la experiencia y lo que consideramos importante en cada situación.  Lo mismo ocurre cuando buscamos identificarnos con alguien; miramos el mundo con “otros ojos”. 
Es interesante que la respuesta de diferentes integrantes, a la misma tarea, puede ser muy diferente.   Les comparto dos testimonios, el primero, de Andrés (nombres ficticios) a quien  le costó trabajo  imaginar la realidad interna del otro y el segundo, de María  que siente “demasiado”  lo que el otro está sintiendo, al grado de experimentar cierto sufrimiento.
Es interesante que Andrés consideró que no había tenido mucho éxito en estos dos ejercicios:
Te comento que trabajé un poco en los ejercicios 1.4 y 1.5  no he tenido mucho éxito, no sé  si cuando veo a una persona y pienso algo de ella o si yo fuera ella, creo que no sale algo espontáneo y lo que me digo es más bien algo que no tiene que ver con esa persona. No sé  si me explique, pero como algo tengo que decir, invento algo que no importa quién estuviera enfrente.
Me parece importante que esta experiencia, más que una falta de éxito es información importante sobre cómo esta persona procesa esta información.  Aquí el reto, creo yo, es explorar con una habilidad nueva:  imaginar la realidad del otro.
En el caso de María, la experiencia es muy diferente:
…seleccione a un par de personas que trabajan conmigo, he de decirte que las sensaciones fueron de tristeza, no sé  porque pero siempre he manejado un grado de empatía muy raro, me involucro demasiado al grado de sentir mucho lo que ellos están sintiendo, me gusta ayudar, pero no me puedo involucrar en proyectos donde tenga que involucrarme con las personas porque me causa mucho dolor su sufrimiento, y en este ejercicio así lo viví, tal vez porque las personas que escogí en ese momento estaban con problemas, pero no es que escoja estar con personas con problemas, me llegan, me involucró y sufro. 
En el caso de María creo que vale la pena revisar si no hay sentimientos (propios)  que emergen cuando está cerca de alguien más, por ejemplo que María ya experimenta algo de tristeza y cuando se acerca a una persona triste, esta tristeza emerge o efectivamente, cuando se acerca a alguien le cuesta trabajo no convertir el problema en algo “demasiado propio”.